viernes, 1 de septiembre de 2017

ODA A LA OSCURIDAD

Nada veo. Nadie me ve...
La oscuridad me envuelve, es un manto de terciopelo...suave...delicado.
Mi piel se eriza y mis huesos tañen como mil campanas.
Nada veo. Nadie me ve.
Oculta en la oscuridad mi respiración se ralentiza,
mis nervios se relajan.
Comienzo a vislumbrar la paz que se me niega en la luz.
Nada veo. Nadie me ve.
Amo la oscuridad. Mi refugio, mi guarida.
Ningún intruso osa asomarse en ella. Me pertenece.
Soy libre en la oscuridad. Rotas las cadenas.
Nada veo. Nadie me ve