martes, 25 de septiembre de 2018

OCASO

Una hiedra amarga crece en mi corazón.
Corona de espinas que hiere mortalmente.
El veneno corre por mis venas
confundiéndose con la sangre
que poco a poco se derrama sin contención.

Me siento derrotada, sin fuerzas.
La dulzura de sus besos
es ahora hiel que perfora mis sentidos,
sus caricias son una afrenta
y su amor es un latigazo que cuece mi piel.

Una hiedra amarga crece en mi alma,
una serpiente se enrosca en mi corazón
no puedo respirar, me asfixio.
Mis sueños, pájaros muertos...ya no vuelan,
mi esperanza, a punto de fallecer.