domingo, 20 de mayo de 2018

LA RESPUESTA

Cabizbaja camino por una calle solitaria envuelta en pensamientos oscuros.
Busco con desesperación una salida, un rayo de luz que entibie mi sangre.
El taconeo de mis botas es el único sonido que como truenos retumban en la noche fría y húmeda.
Sola, huérfana de abrazos y sonrisas. Sola. Mi angustia y yo.
La Muerte, Dama generosa, se alza frente a mí.
Ella es la respuesta a mi dolor, un dolor que lacera...que quema.
Extiendo mis brazos hacia Ella. Ansío el beso de su boca carnosa sobre mis labios resquebrajados.
Ese beso gélido que cortará la soga que me ata al sinsentido.
Sin embargo, Ella también me niega su ayuda. Me rechaza con altanería, "No es tu hora", me susurra, "aún no".
Caigo de rodillas sobre un charco de agua. Me desplomo frustrada, desbaratado mi escape.
Un ánima pasa junto a mí y roza mi hombro. "¡Cobarde!", murmura, "¡Lucha!".
No sé de donde salió aquella alma en pena, si lo hizo de las fauces del Infierno  o de la Esperanza Eterna.
Lo único que sé es que hizo germinar en mí un brote de ilusión.

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