martes, 17 de julio de 2018

BESO NEGRO

Cuando la luna roja asoma su faz sangrienta
la noche cómplice invita a los amantes
a un exquisito juego macabro.

Caricias y abrazos se funden
en un baile de hiriente placer.

Besos suaves como pluma de ala de ángel,
suaves, empalagosos...
Besos húmedos que embriagan
con la misma fuerza del vino maduro.

Juegos de frío y calor, enardecen la piel,
mordaza de terciopelo, mano gentil
capaz de asfixiar delirantes gemidos.

Fetiches despatarrados en oscura escena,
fetiches que encienden hasta la locura.

Azotes, sangre y dolor se conjugan,
mas el gozo prevalece y domina.
Azotes, sangre y dolor, lenguaje del alma,
redención y condena.

Cuando la luna roja asoma su faz sangrienta
la noche cómplice impulsa a los amantes
a una vorágine erótica que los devora y tritura.




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