domingo, 16 de julio de 2017

EL MONTE DE LAS ANIMAS

 De Gustavo A. Bécquer

Edad Media, Monte de las Animas, Soria
Cuenta una leyenda que el Monte de las Animas pertenecía a los Templarios y que cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey les ordenó defender la ciudad, debiendo para ésto abandonar su lugar de reclusión. Esta decisión ofendió a los nobles de Castilla creando hostilidad entre ellos y el monarca.
Se inició entonces una espantosa batalla hasta que el Rey finalizó la contienda: el monte fue abandonado y en la capilla de los Templarios fueron enterrados los cuerpos de los religiosos y de los nobles sorianos.. Desde entonces, cuando llega "la noche de los difuntos", las ánimas de los muertos corren junto a los animales del bosque acechando a todo ser viviente. Por esa razón, ningún hombre o mujer en sus sanos cabales se arriesga a deambular en el bosque por temor a perder su vida.
El "día de todos los Santos", un día antes de la terrible fecha, un grupo de cazadores inician su camino adentrándose en el bosque. Entre ellos se encuentran Beatriz y Alonso, hijos de los Condes de Borges y Alcudiel.
Esa noche, luego de una exitosa cacería, la comitiva se reúne en corro alrededor de un gran fogón. La conversación es ágil y amena, sin embargo la joven pareja permanece aislada del bullicio contemplándose en silencio.
Alonso ama a Beatriz, su prima y decide confesárselo en esa noche especial.
_ Pronto nos separaremos. Cada uno regresará a su condado y por un largo tiempo no volveremos a vernos _ dice con voz lastimosa_ Por eso, para que me tengas siempre presente en tus pensamientos y en tu corazón te suplico aceptes esta joya.
_ Es bellísima, pero no puedo aceptarla Alonso _ Beatriz sorprendida, se niega; aceptar el presente significa un compromiso.
_ Acéptala, te lo ruego. Hoy celebramos el "Día de todos los Santos" y es una tradición intercambiar regalos _ el joven buscó un argumento adecuado para convencerla.
Ella, con una sonrisa, aceptó el obsequio.
_ Ahora tú debes darme un objeto que aprecies _ expresa anhelante.
Beatriz piensa un instante y por fin se decide. Ella es fría, aunque hermosa y de hechiceros ojos azules. Trata con desdén a su primo, se cree superior a él.
_ Hoy en el bosque durante la cacería extravié mi pañuelo azul. Encuéntralo y será tuyo.
Al muchacho se le congela la sangre al escuchar el deseo de su prima. El sería capaz de enfrentarse a una manada de lobos con tal de obtener una prenda de su amor, pero internarse en el bosque justo en esa fecha no le agrada en absoluto. El conoce la leyenda del monte de las Animas y no desea toparse con algún cadáver viviente sediento de venganza. Beatriz también la conoce, pero no le importa. Desafía a Alonso, lo pone a prueba.
Alonso, con un nudo en el estómago, accede a la propuesta de la joven. Monta en su caballo y desaparece en la oscuridad.
Las horas pasan y Beatriz no pudiendo conciliar el sueño, asustada y con remordimientos, comienza a rezar invocando a los santos protección para su intrépido primo. Al amanecer escucha las campanas de la ciudad de Soria y se levanta con premura. Debe constatar que Alonso esté sano y salvo esperándola en el salón con los demás.
De repente se queda paralizada. Sobre su mesita de noche ve el pañuelo azul roto y ensangrentado.
Cuando una de las sirvientas entra en la alcoba de Beatriz para comunicarle que Alonso ha muerto asesinado por lobos en el bosque, la encuentra inmóvil y con los ojos desorbitados. Está muerta.
Cuentan que luego de este suceso, otro cazador que intentó burlar la leyenda de las Animas penetrando en el bosque maldito perdió la vida, pero antes de morir pudo narrar que vio a los amenazantes esqueletos de los antiguos Templarios y a una bella mujer que con los pies ensangrentados daba vueltas en torno a la tumba de Alonso.


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