lunes, 5 de febrero de 2018

EL GRITO

Era joven, muy joven, casi una niña. Soñaba con castillos de cristal y príncipes azules. Soñaba con el amor.
Noches enteras, escuchando melodías románticas, imaginaba al hombre de su vida, aquel que la haría reír y bailar al son de un amor eterno, dorado como los rayos del sol.
Y, sí, lo conoció siendo joven, muy joven, casi una niña. Y ella creyó con la inocencia de sus quince años, que era el príncipe que siempre esperó.
La pasión de la juventud los unió, los separó y los volvió a unir. Se amaron con intensidad hasta que con la infamia de los años transcurridos las máscaras cayeron sin contemplación.
Hoy, siendo ya una mujer, casi una anciana, llora su frustración.
El príncipe se transformó en el dragón que incineró sus más preciados sueños.
El príncipe mutó en una enredadera de espinas que se enroscó en su cuerpo, sofocando sus deseos, desangrando sus ilusiones.
Y ella, débil y ¿cobarde?, nunca se rebeló...sólo una vez y casi lo pagó con su vida.
Ella vive en silencio sus miedos. Muchos aconsejan, pocos ayudan. Palabras vacías...
Ella esconde un secreto, un deseo oscuro...el grito de Medea al amor que la traicionó: "te voy a comer el corazón", palpita en su sangre.

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