jueves, 29 de octubre de 2015

EPÍLOGO

Sé que falta poco para que mi viaje concluya. No estoy triste ni angustiada, estoy en paz.
Disfruté de la generosidad que me ofreció la vida.
Transité por alegrías que me hicieron volar hasta cielos exquisitos y por dolores como espinas clavadas en el corazón.
Fui víctima y victimaria. Recibí insultos,algunas veces callé; otras los retribuí sin compasión. La venganza no fue uno de mis paradigmas, sin embargo, en determinadas ocasiones me regodeé en ella.
Parí y crié hijos, felicidad y sufrimiento conjugados.
El miedo frenó mis impulsos de libertad, pero nunca me venció, como una vez dijo el Apóstol: "Derribados, mas no destruidos".
Muchos problemas me desvelaron, pero no consiguieron sofocarme. Siempre hubo una luz al final del túnel.
Sé que falta poco para que mi viaje concluya...y aunque parezca una locura, estoy feliz. Transité por el amor, el desprecio, la humillación, la calumnia, la satisfacción de lograr metas y de hacer realidad sueños imposibles. Un crisol de sentimientos que me ayudaron a enfrentar al destino con valentía y una sonrisa; aunque debo confesar que en infinitas ocasiones, las lágrimas borraron esa sonrisa.
Solo me falta citar una frase de Edgar Allan Poe que me impactó : "A la muerte se la toma de frente, con valor y después se le invita una copa".


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