viernes, 19 de febrero de 2016

RESCATADA

La niña salió feliz de su casa. Era la primera vez que su madre le permitía realizar un recado sola. Aquella tarde, debía caminar unas pocas cuadras hasta la tienda.
"Compra dos bolsitas de lentejuelas para el disfraz de tu hermano. Ve de prisa. Ten cuidado al cruzar y no hables con extraños".
Muchas recomendaciones para una niña de diez años que soñaba volar.
Llegó a la esquina, pero antes que pudiera doblar, sorpresivamente, un hombre la tomó del brazo y con violencia la empujó dentro de su auto.
Ella alcanzó a gritar. El la silenció con un lenguaje soez que la impactó.
Un frío tenebroso le recorrió el cuerpo,  la paralizó. Un velo de lágrimas empañó su mirada.
"Mamá, tengo miedo, ¡ayúdame!", pensó desesperada.
El hombre, de apariencia ordinaria, intentó poner en marcha el auto. Fracasó. Un segundo intento. Fracasó.
Malhumorado salió del vehículo advirtiendo a la niña que permaneciera quieta y en silencio.
Mientras el perturbado revisaba el motor del auto tratando de hallar el desperfecto, un joven se acercó a la escena.
La vio llorar quedamente. Sospechó lo peor. A través de la ventanilla le hizo señas para que abriera la puerta que estaba trabada. Ella, conmocionada, obedeció. Escuchó que le decía:
"Corre niña a tu casa. Yo me encargo del truhán".
El hombre malvado no le dio tiempo a una merecida golpiza. Asustado por ser descubiertas sus oscuras intenciones, escapó en su auto, cuyo motor,esa vez, se encendió sin problema.
La niña llegó hecha un mar de lágrimas a su casa. Respiraba con dificultad; su palidez impresionaba.
La madre, al verla en aquel estado, se alarmó. La estrechó en sus brazos, llenándola de besos.
Segura, bajo el cobijo de su madre, le narró lo sucedido. "¡Maldito degenerado!", repetía la mujer.
"¿Quién era ese joven? ¿Lo conoces?".
"No mamá, jamás lo había visto", tartamudeó la pequeña.
Los días siguientes, indagaron en el vecindario por dicho joven. Nadie lo conocía.
Nunca más se lo vio por el barrio.
Una noche la madre despertó sobresaltada, durante el sueño una voz le confirmó lo que ella siempre supuso: "A tu hija la salvó un Ángel".
Este relato se basa en un hecho real, le ocurrió a una de mis hijas.
Esta es una de las tantas razones que tengo para creer en la magia del misterio, en el misterio de la eternidad, en la eternidad como otra dimensión.

2 comentarios:

  1. Maravilloso y conmovedor relato y si es un hecho real más conmovedor todavía, Un abrazo

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  2. Un relato precioso, Haydee, e impactante por lo que tiene de cierto. Me alegro de que ese Angel estuviera al cuidado de tu hija :))

    Un abrazo!!

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