martes, 3 de noviembre de 2015

DE PRÍNCIPES Y PRINCESAS...

Esa tarde lluviosa se sentaron muy juntas en su sillón preferido, muy cerca del ventanal que daba a un jardín en flor.
Un delicioso aroma a limón flotaba en el ambiente. En una pequeña mesa de algarrobo, el fragante té de menta ya estaba servido en dos coquetas tazas de porcelana.
_ Este budín está riquísimo abuelita _ exclamó entusiasmada la niña golosa.
_ Lo hice especialmente para ti.
_ Gracias abuelita_ y una sonrisa juguetona le iluminó el rostro. Al instante se puso seria y con toda solemnidad le preguntó:
_ Abuelita, el príncipe azul, ¿existe?
La inesperada pregunta la sorprendió y descolocó al mismo tiempo.
_ Claro que si _ le mintió. ¡Cuánto le divertían las pláticas con su nieta! _ Acaso no te he contado cientos de historias en donde el Príncipe rescata a la Princesa de las garras siniestras de la Bruja y ...
_ Sí, sí..."y comieron perdices y fueron felices", pero lo que yo quiero saber es si existe en la vida real. Por ejemplo, el abuelo, ¿es tu Príncipe Azul?.
La mujer se quedó perpleja. Una pregunta tan inocente la hizo tambalear; cientos de recuerdos se agolparon en su memoria.
¡Cuántas veces ella misma soñó con conocer a su Príncipe Azul! Tantas veladas imaginando el rostro de aquel que la haría feliz, de aquel a quien le entregaría su corazón...Un príncipe gentil, que la amaría con intensidad, que sería su sostén en los momentos amargos y de desasosiego, que siempre la animaría a luchar, sin perder la esperanza, en los momentos de crisis y caos...Pero, sobre todo, que la haría reír. "Amo reír. La risa me sana, es mi bálsamo mágico", se dijo al tiempo que pensó con nostalgia,"Sí, pequeña, busqué a mi Príncipe, lo esperé con ilusión...nunca llegó".
_ ¡Abuelita!, el abuelo, ¿es tu Príncipe Azul? _ le repitió con insistencia sacándola de sus pensamientos.
_ Sí, mi amor _ volvió a mentir forzando una sonrisa.



"Si algún día me ves triste no me digas nada, sólo quiéreme.
 Si me encuentras en la soledad de la oscura noche no me preguntes nada, sólo acompáñame.
 Si me miras y no te miro no pienses nada, compréndeme.
 Si lo que necesitas es amor no tengas miedo, amáme.
 Pero si alguna vez dejaras de quererme no digas nada.
 Recuérdame". ( Mario Benedetti )

1 comentario:

  1. Una entrada genial, me encanta tu relato, es poético, tierno y "engancha". Un micro fantástico. Besos

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