jueves, 24 de septiembre de 2015

MONSTRUOS NOCTURNOS

"Volar hacia las estrellas, combatir a monstruos y dragones, comer dulces y chocolates...descubrir a cada paso universos de fantasía, llegar a la "Tierra de Nunca Jamás". ( Yolanda Sángari )
                                                                                                                 

Cuenta la leyenda que existía una niñita que le temía a los monstruos nocturnos. Antes de dormir, le rogaba a su madre que revisara toda su habitación: dentro del armario, detrás de las cortinas del ventanal que daba al jardín, y debajo de la cama. La luz siempre debía permanecer encendida y la puerta de su dormitorio, abierta.
Su madre no se explicaba cuál era el origen de ese miedo. Ella siempre le contaba historias mágicas, desbordantes de amor y felicidad. Pero la niñera, que en ciertas ocasiones la cuidaba durante la noche, no.
Para que la niña se fuera a dormir sin protestar, la asustaba con "el hombre de arena", un ser siniestro, mitad humano, mitad lechuza; que gozaba arrancando los ojos a los niños desobedientes.
La imaginación de la niña volaba por caminos tortuosos...Un hombre gigante, vestido de negro, con enormes ojos rojos, dueño de tétricas garras provistas de largas y afiladas uñas, la visitaba en la oscuridad y le arrojaba un puñado de arena en los ojos haciéndola llorar sangre. Luego intentaba robarle los ojos, para llevárselos a sus hijos, pichones de lechuza, que en sus nidos esperaban hambrientos.
Una pesadilla, que como un ritual espeluznante, se repetía al oscurecer.
"¿Qué hacer?", se preguntaba preocupada la madre.
Una noche, luego de acompañar a su hija hasta el dormitorio y acostarla, conversó seriamente con ella.
Debía animarla a que le contara el secreto de su temor para desentrañar la angustia que la desvelaba.
Entre lágrimas le confesó su pavor al "hombre de arena".
_ Tengo mucho miedo que me deje ciega y me lleve lejos de casa.
_ Eso nunca sucederá porque juntas haremos un conjuro para impedirlo.
_ Mamita, ¿qué es un conjuro?
_ Es una invocación a un espíritu mágico para que te proteja de todo mal.
_ ¿Y cuál será ese espíritu mágico que me protegerá?
_ Un hada madrina, un ángel de luz, una bruja buena, un duende travieso...tú eliges.
_ Las brujas son muy poderosas. Sí, elijo a la bruja buena, ella me defenderá del horrible "hombre de arena". ¿Qué le pediremos?
_ Que se enamore de ella, entonces ya no te molestará. Estará muy ocupado programando citas amorosas. ¿Qué te parece?, ¿hacemos el conjuro?.
_ Sí, mamita _ aplaudió entusiasmada la niña.
La madre, seria,  pronunció solemnemente:
_ "Bruja buena, por favor, intercede
   para que el hombre de arena
   en luna plena, por ti,
   muerto de amor quede".
¡Misión cumplida!, continuó la madre, el monstruo fue hechizado. Ya no robará ojos, robará besos. En este momento está corriendo detrás de la bruja para robarle uno muy apasionado...
La niña rió aliviada y complacida. Ahora que su monstruo era feliz, la dejaría de asustar, estaba segura.
Esa noche durmió plácidamente abrazada a su osito de trapo. Ningún monstruo perturbó su sueño de castillos de cristal habitados por hadas multicolores.




1 comentario:

  1. Muy bonito como se convierte un cuento de terror en uno romántico y de amor maternal. Muy diferente de mis historias jijiji. Me gustó mucho. Un beso.

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