viernes, 25 de diciembre de 2015

EL SECRETO DE AURORA

Después de la ceremonia del bautismo, todos los invitados volvieron al palacio del rey, donde había un gran festín...Las hadas comenzaron a conceder dones a la princesita. La primera le otorgó el don de ser la persona más bella del mundo, la siguiente el de tener el alma de un ángel, la tercera el de poseer una gracia admirable en todo lo que hiciera, la cuarta el de bailar a las mil maravillas, la quinta el de cantar como el ruiseñor...Llegado el turno de una vieja hada, que por error no fue invitada a la ceremonia, meneando la cabeza, dijo,"Te pincharás un dedo con el huso causándote la muerte".     La bella durmiente del bosque, Charles Perrault.

La doncella de la princesa estaba perpleja. No comprendía su absurdo proceder.
_ Mi señora, ¿cómo es posible que después de todo el mal que le ha hecho, recurra a ella?
_ Es la única que puede me puede ayudar _ respondió con seguridad.
_ ¿Por qué no las otras hadas? _ insistió intentando hacerla cambiar de actitud.
_ Porque son pusilánimes. Piensan que con un simple toque de su varita mágica mi problema se solucionará, y eso es imposible. La magia no cambia el corazón de las personas. Cuando el veneno está instalado en el alma, sólo hay una manera de extraerlo.
_ ¿Cuál? _ preguntó temiendo la respuesta.
_ Con la muerte.
Aurora, bajó las suntuosas escaleras de mármol del palacio, con la gracia de una ninfa y la elegancia de una sílfide. Sus movimientos cadenciosos, atrajeron las miradas de todos los invitados del banquete. Al pie de la escalinata la esperaba su esposo, el príncipe Arturo, aquel que la despertara con un romántico beso, rompiendo el hechizo de la malvada bruja.
El se inclinó sobre ella y le susurró algunas palabras al oído. Ella se sonrojó y esbozó una tímida sonrisa.
Caminaron majestuosamente tomados de la mano hasta su lugar de privilegio en la larga mesa colmada de manjares.
Arturo se mostró afectuoso durante todo el festín. Ella aceptaba sumisa todas sus caricias, se la veía deliciosamente bella y parecía disfrutar de las atenciones de su marido.
Las damas de la corte envidiaban el amor que el príncipe le prodigaba. Todas codiciaban el lugar que la vida le había regalado a la princesa.
Luego del acto de malabares ofrecido por los bufones, Aurora amagó con retirarse; pero la mirada ceñuda de Arturo la hizo desistir.
Bien entrada la noche, ya en la alcoba, Arturo le reprochó con dureza su comportamiento falto de interés delante de los invitados.
_ Estoy harto de ti, de tu semblante que simula inocencia cuando te la pasas sonriendo a los hombres que te rodean como perros hambrientos. ¡Puta!, eso es lo que eres una ¡puta!Te advertí al bajar de las escaleras que no te comportaras como una banal coqueta, pero nunca me haces caso, y ¡ahora tendrás tu castigo!
La abofeteó con ferocidad partiéndole el labio superior. Aurora no se defendió, permaneció serena planeando su venganza. La actitud sumisa lo exasperó aún más, la zamarreó con fuerza, la arrojó con desprecio sobre la alfombra y la pateó dos veces en las costillas. Ellas apenas gritó, no lloró...sólo pensaba en su venganza.
_ ¡Maldita zorra! _ le gritó con desdén y petulancia.
La levantó de los cabellos y la arrojó en la cama. Desgarró con salvajismo brocados y puntillas, exponiendo la piel satinada salpicada de horribles moretones. La violó, la humilló. Una vez saciado, se marchó dejándola destruida, pero decidida a cobrarse revancha.
Se durmió repitiendo, "Mañana...mañana".
En los albores del día siguiente sintió las manos frías de Arturo recorriendo su cuerpo maltrecho.
_ Perdona, por favor perdona. Te prometo que no volverá a suceder. La culpa es del vino que me enloquece... Te amo.
Ella asintió y le acarició el rostro disimulando ternura.
_ Gracias, mi amor. Descansa, yo iré de caza, regresaré en tres días.
El corazón de Aurora dio un brinco de felicidad. ¡Libre, por un tiempo corto, pero libre al fin!
Espero impaciente que se fuera. Sabía que los guardias la vigilaban por orden de él, sin embargo, ella siempre se apañaba para confundirlos.
Con la complicidad de su fiel sirvienta, aprovechó las sombras de la noche para escabullirse disfrazada de campesina.
No le costó encontrar el camino oculto que la llevaría hasta la choza de la bruja, lo conocía muy bien.
_ ¿Qué haces aquí?, ¿ qué quieres? _ arremetió la vieja de mal humor.
_ Necesito tu ayuda _ le dijo con humildad.
_ ¡Tú!, ¿mi ayuda?, no me hagas reír. La princesa omnipotente,  ¿pretende el auxilio de una bruja exiliada en la oscuridad del olvido? _ estalló resentida.
_ Sí, eres la única que puede salvarme.
_ No lo soportas, ¿verdad?
_ No...pero....¿cómo lo sabes?_ se sorprendió.
_ Yo lo sé todo, puede que cientos de años dobleguen mi espalda, pero mi mente permanece lúcida y más poderosa que cuando te sentencié a morir.
_ Dame un veneno que termine con su vida.
_ Un veneno que no deje huellas, que no levante sospechas entre sus médicos...
_ Que lo haga retorcer de dolor, que sufra todo cuánto me hace sufrir y más, que pague el tremendo daño que me ha hecho.
La bruja, frotándose las manos y con paso lento, se dirigió hacia una biblioteca desvencijada de la que tomó un libro encuadernado en cuero.
_ Mira princesa, aquí dentro está la respuesta a tus sombríos deseos._ le guiñó un ojo con picardía tétrica_ En el "Magioe Naturalis" se detalla el arte del envenenamiento. Siéntate, ponte cómoda, vamos a elegir el veneno más efectivo para cometer el homicidio.
Ambas se acomodaron alrededor de una mesa en la que ardían cinco velas.
_ El "Veninum Lipinum" es una combinación de acónito, tejo común, óxido de calcio, almendras amargas y vidrio en polvo mezclado con miel. El resultado final es una píldora del tamaño de una nuez...Hummm, me parece muy complicado para hacérsela ingerir...A ver, a ver.._ la bruja hojeaba el libro entusiasmada _ ¡Acá está!...¡este es el veneno perfecto!, "la Cantarella". Es inodoro, incoloro e insípido. Se obtiene mezclando arsénico con las vísceras de cerdo secas. Su apariencia es la de un polvo blanco parecido al azúcar. Es muy tóxico, provoca la muerte tras atroces tormentos, en veinticuatro horas. ¿Es de tu agrado?
_ Es perfecto _ aplaudió.
La bruja se levantó con dificultad de su silla. Se perdió en un rincón oscuro y reapareció con una cajita de oro en sus manos nervudas.
- Aquí lo tienes _ dijo triunfal.
Pero cuando Aurora extendió los brazos para aceptar el preciado tesoro, la bruja lo retuvo y mirándola con ojos fieros y penetrantes le dijo
_ Todo tiene su precio, princesita.
_ Te daré todo cuanto me pidas _ le aseguró anhelando tener en su poder el veneno, llave de su libertad.
_ ¡Excelente! Quiero a tu primogénito
_ Pero si no tengo hijos, además, le daré el veneno inmediatamente, no quiero esperar...
_ Querida, ¡ya estas embarazada!
Aurora se quedó helada ante el anuncio, ¡un hijo de ese ser repulsivo! No lo dudó.
_ Trato hecho.
A su regreso Arturo ofreció un banquete para festejar el buen resultado de la cacería. El enorme jabalí asado fue el plato principal, acompañado de perdices con salsa de mostaza, gallinas a las hierbas, coles, pavos reales con apio, capones al mosto y pichones estofados. Todo regado con un excelente vino tinto aromatizado con especias.
Aurora permanecía muy quieta y en silencio junto a su marido, mientras éste bebía y conversaba animadanente con los demás comensales.
Antes del servicio de los postres, un grupo de trovadores amenizó con sus canciones románticas. Aurora aprovechó ese momento de distracción para introducir el veneno en la copa de vino de su marido. Volvió a respirar cuando Arturo, de un solo trago, vació el copón de plata. "Listo", pensó aliviada. Le fue imposible disimular su felicidad, el príncipe lo notó enseguida.
_ Por fin sonríes, querida. Espero ser yo la causa de tu felicidad _ le dijo en un tono amenazante.
_ Tú y sólo tú, mi amor _ le respondió con dulzura.
Esa madrugada la despertaron los gritos atroces de Arturo. Preso de convulsiones, apenas podía respirar. La miró con desesperación, pidiendo auxilio. Ella se limitó a sonreírle y con serenidad se apartó de su lado.
Cuando estuvo segura que había muerto, salió enloquecida por los amplios pasillos del palacio, llamando a los médicos.
Si éstos sospecharon envenenamiento, no lo aseveraron. Se limitaron a confirmar muerte por causas naturales. Era bien sabido la adicción del príncipe al opio, era menester mantener las apariencias y silenciar sospechas y rumores malintencionados.
Muchas noches después, la bruja se presentó en la corte causando gran escándalo. Los guardias intentaron echarla, pero Aurora lo impidió.
_ De ahora en adelante esta gran pitonisa tiene acceso libre por las instalaciones reales. Será mi consejera _ afirmó con solemnidad.
Los presentes en el salón de armas quedaron petrificados. Todos conocían la historia que unía a la princesa Aurora con la Bruja. Nadie la contradijo puesto que era amada y respetada por su bondad y generosidad.
Además, desde la muerte del príncipe, un tiempo de bonanza bendijo el reino gracias a la sabiduría de Aurora.
Sin embargo, una sombra empañaba su alegría. A medida que su embarazo avanzaba, el lazo afectivo con el pequeño que se gestaba en sus entrañas se iba estrechando, afianzando. La Bruja no lo apartaría de ella, ¿como haría para engañarla?, no tenía idea.
"Por años fui una maestra de la simulación y del engaño, ya planearé una argucia para burlar el maldito pacto. Estoy segura que lo lograré, ninguna bruja me despojará de mi hijo".
¿Qué sucedió? Eso ya es otra historia...




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